En 'Almas Meraki', creamos espacios en los que aprender a vivir en equilibrio a través de experiencias de aprendizaje donde se encuentran lo individual y lo colectivo, la reflexión y la vivencia, lo que somos y lo que podemos llegar a ser...
Almas Meraki nace en 2016 de la mano de Sara Vierna Fernández y Virginia Pañeda Sanz.
Actualmente soy yo, Sara, quien lidera el proyecto. Virginia, amiga y cofundadora, me acompaña desde la distancia y juntas seguimos colaborando, creando y disfrutando de nuestro compromiso común por la transformación social.
Por suerte también camino junto a otras profesionales de las que aprendo y que fortalecen y apoyan en el trabajo que desarrollo con la intención de generar colectivamente programas más creativos y con mayor valor social. La diversidad es lo que suma.
Esto es Almas Meraki, mi hogar, el lugar dónde comparto formaciones, investigaciones y proyectos de calidad que conectan con mi forma de entender las «buenas vidas».
En Almas Meraki intervinimos a través de 3 vértices conectados, un triángulo: género-educación-crecimiento personal.
El sistema sexo-género-sexualidad atraviesa nuestras elecciones, sueños, deseos, posibilidades, formas de habitar el mundo y de relacionarnos. Establece jerarquías y provoca violencias patriarcales. Significa los cuerpos y los valoriza en base a la diferencia. Impone una norma cerrada, estática y asfixiante en la expresión, el rol y la sexualidad.
«El problema del género es que prescribe cómo debemos de ser, en vez de reconocer quiénes somos» Chimamanda Ggozi Adichie.
Es esta polaridad y desequilibrio lo que queremos subvertir con las propuestas que ofrecemos.
La educación desde un enfoque social e integral es mi faro.
Hacer preguntas, escuchar, acompañar, conectar y jugar, son algunas de las estrategias que se despliegan en los procesos que facilitamos.
Los lugares dónde ponemos en práctica algunos de nuestros proyectos son: universidades, institutos, colegios dirigidos a alumnado, familias y profesorado.
El equilibrio de la dimensión emocional, física e intelectual para generar relaciones sanas y conscientes, intrapersonalmenente y con las personas del entorno, es transversal en nuestro trabajo.
El propósito es crear espacios de bienestar personal y colectivo a través de herramientas de autoconocimiento, gestión emocional, coaching, mindfulness, comunicación no violenta y otras enfoques que faciliten un aprendizaje significativo y consciente.
No hay transformación social sin transformación personal.